Hazte Lapón

Hazte Lapón vienen al Madrid Popfest a presentar su último trabajo, ‘No son tu marido’ (El Genio Equivocado, 2015). Su disco de debut, ‘Bromas privadas en lugares públicos’ (Discos del Rollo, 2013), presentó un pop de guitarras que apuntaba en muchas direcciones, con un toque amateur. ‘El traje del emperador’ (Discos de Kirlian, 2014), el Ep. grabado junto a David Rodríguez, supuso un reconocido salto cualitativo y generó una expectativa.
Ahora Hazte lapón se ven en la encrucijada del segundo disco. Grabado en Estudios La Reserva (Madrid), con David Acero al mando técnico y con el grupo (Lolo y Saray, acompañados de Jesús Rodríguez, David Ripoll, David G. Míguez y Omar Razzak) a cargo de la composición, arreglos, y compartiendo tareas de producción. El disco da un paso adelante en el eclecticismo sonoro y el humor agudo y melancólico, que son las constantes laponas. El título (un guiño a Raymond Carver) sirve para condensar un conjunto de observaciones cotidianas, declaraciones de amor, conflictos de pareja y reflexiones políticas. También sirve para recordar que las canciones no son el autor, y que siempre hay un recurso de ficción, que permite jugar con la realidad y arrancarle una dosis humor.

—-

Hazte Lapón come to Madrid Popfest to present their latest release, ‘No son tu marido’ (El Genio Equivocado, 2015). Their first LP, ‘Bromas privadas en lugares públicos’ (Discos del Rollo, 2013), presented a guitar-based pop that pointed to a wide range of directions, with an amateur approach. ‘El traje del emperador’ ( Discos de Kirlian, 2014), an EP recorded with the collaboration of David Rodriguez, represented an important qualitative improvement and started to generate some buzz. Now, Hazte Lapón face the challenge of their second album. Recorded at Estudios La Reserva (Madrid) with David Acero in the controls, the band (Lolo and Saray, with the help of Jesús Rodríguez, David Ripoll, David G. Míguez and Omar Razzak) writing, arranging and sharing production tasks. The record is a step forward, with a more eclectic sound, but keeping the band’s trademark sharp and melancholic wit. The title (a nod to Raymond Carver) serves to condense a set of everyday observations, declarations of love, relationships and political reflections. It also serves as a reminder that the songs are not the author, and there is always a recourse to fiction that allows playing with reality and extract some humor.